Los limites de preclásico temprano en el valle de Oaxaca es de los años 1900 y 1150 a. C. en este tiempo se comprende las fases Epiridión donde se fabrica una cerámica burda y sin decoración que tiene semejanzas con la alfarería Purrón de Tehuacán. Hacia el año de 1400 a. C. en el valle de Etla había ya cinco caseríos (Conjunto de casas en el campo que no llegan a constituir un pueblo.) distribuidos en torno a la pequeña aldea de San José Mogote, la cual tenía unos 150 habitantes y una extensión de siete hectáreas.
En los años de 1150 hasta 500 a. C. se desarrolla el periodo de preclásico medio. En esta época, hay un sorprendente aumento de población, San José Mogote llega a los 700 habitantes repartidos en cuatro barrios residenciales.
Los hogares se distinguen por sus mayores dimensiones, por su construcción de piedra y adobe y por sus entierros con ricas ofrendas. La presencia de cerámica y esculturas de piedra verde precedentes del Golfo, la alfarería de Morelos y Guatemala, además de los productos costeros como espinas de mantarraya, dientes de tiburón y trompetas de caracol, hablan de un intenso contacto con sus contemporáneos mesoamericanos, principalmente con los olmecas de San Lorenzo.
Los habitantes de San José Mogote exportaban cerámica, hachas de piedra y, sobre todo, espejos de magnetita e ilimenita que han aparecido en sitios como Morelos y en la zona metropolitana olmeca.
A partir del siglo IX a. C. la Mixteca Baja tiene fuertes vínculos con el Valle de Puebla-Tlaxcala, la Chinantla con la zona del Golfo y el Istmo de Tehuantepec con los olmecas.
En este mismo siglo aparecen técnicas de riego (canalización y terraceado de Hierve el Agua) que aumentaron la producción agrícola, siendo paralelo con el aumento de aldeas.
Ya casi al final del preclásico medio, San José de Mogote alcanza su máximo esplendor. Se calcula que sus habitantes estaban cerca de los 1400, tenía un centro del cual dependían 20 aldeas, contando con varios edificios públicos sobre plataformas de mampostería. En la entrada de uno de ellos, se grabo una figura humana similar a la que más tarde se esculpirían en Monte Albán, los llamados danzantes. Es importante porque parece representar un cautivo sacrificio, lo que vigoriza el la idea de un clima bélico en la época, y por otra parte el glifo 1 Temblor en dicho monumento constituye el más antiguo testimonio de calendario adivinatorio de 260 días.
En el preclásico tardío que va de 500 a. C. al 250 a. C. San José Mogote pierde la ventaja que había tenido durante siglos, y en su lugar ocupa el centro de poder Monte Albán.
El surgimiento de la que algunos consideran la más antigua ciudad de Mesoamérica no deja de ser polémico: su fundación en la cima de un cerro deshabitado de 400m de altura y de difícil acceso a fuentes de aprovisionamiento de agua. Richard E. Blanton explica la selección del emplazamiento debido a que el cerro de Monte Albán se encuentra justo en la unión de tres ramales (Parte que arranca de algo principal y que se bifurca, como una cordillera, un río o una vía de comunicación) los cuales domina desde lo alto. De misma manera dice que pudo haber sido el producto de la confederación de tres entidades políticas antes autónomas que fundaron una nueva capital común en un territorio neutral y estratégico.
La historia preclásica de este centro se divide en 3 fases:
Monte Albán I Temprano (500-300 a. C.) Se inicia la urbanización y llega a tener 5 000 habitantes.
Monte Albán I Tardío (300-200 a. C.) Su población estimada es de 16 000 habitantes, la diferencia social se advierte claramente con la aparición de lujosas tumbas de piedra. Y aquí es donde se remonta el edificio de los Danzantes, que tenia muros decorados con cerca de 300 lapidas que representan hombres desnudos, en muy diversas posiciones (con peinado elaborado, orejas, ojos cerrados, boca abierta, piernas distorsionadas y extrañas volutas en el pecho o en la zona genital). Dependiendo de su orientación vertical u horizontal, han sido llamados danzante y nadadores, respectivamente.
Monte Albán II (200-250 a. C.) se pavimenta la gran plaza y se elevan los primeros templos de dos cuartos, donde tienen en medio, el Edificio J, que es una extraña construcción con planta en forma de punta de flecha orientada hacia el punto donde surgía la estrella Capella. Según Anthony F. Aveni, tiene un total de 40 losas donde se registran conquistas. Se identifican nombres como, Cuicatlán, Miahuatlán, Tututepec, Sosola, Ocelotepec y Chiltepec. La sede de gobierno y la residencia de la familia real estaban ubicadas en la plataforma norte. La ciudad tenía casi 3 000 casas divididas en 14 barrios y en el centro de cada barrio estaba una pequeña área publica.
Carlos Eduardo Mora Duro
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